martes, noviembre 23, 2010

Sobre la Ley Biogenetica de Haeckel

La ley biogenética de Haeckel postulaba que la ontogenia, o desarrollo embrionario de un animal, era una recapitulación breve de su filogenia o secuencia evolutiva. O sea que en los embriones se resumían las transformaciones experimentadas durante su evolución como especie y se podían observar consecutivamente las especies antecesoras. Esa teoría aunque tenía sus fundamentos que la hacían verosímil (todos los seres vivos descienden de especies comunes, se desarrollan órganos similares en diferentes especies, etc.) y tuvo como argumentación empírica, dibujos detallados de embriones realizados por Haeckel, demostró ser completamente falsa y se determinó que esos dibujos fueron tendenciosamente modificados por él. Sin embargo la teoría gozó de amplia aceptación durante la primera parte del siglo XX y aún ahora en más de alguna escuela todavía se enseña equivocadamente como algo verdadero. La idea era atractiva, un estudio en detalle y comparativo de los desarrollos embrionarios de distintos organismos, podría darnos luces sobre la historia de la evolución. En el primer nanosegundo del desarrollo de un embrión podrían estar escritas las respuestas sobre el origen de la vida misma. Algunos biólogos evolucionistas y embriólogos consideran hoy que la teoría fue la causa de un retraso en la embriología de más de cincuenta años. Pero creo que la teoría de Haeckel tenía una virtud: la mirada generalista, integradora. La embriología se ha abocado a estudios detallados y descriptivos, pero no conozco una teoría audaz en esa rama de la ciencia (aunque pueda estar equivocada), que intente conceptualizar e integrar a nivel macro. Vivimos una época vertiginosa, donde el conocimiento se duplica cada vez más rápido, pronto no seremos capaces de procesar o cruzar tanta información, y se requiere con urgencia científicos con capacidades e instrucción en distintas disciplinas. Por otro lado algunas ramas de la ciencia, como la física teórica por ejemplo se están planteando construir un macro modelo, una ecuación, que explique todo, desde el Big Bang hasta nuestro presente físico multidimensional. Los embriones en su desarrollo no resumen su historia evolutiva, pero claramente nos dicen algo, nos entregan información valiosísima sobre nuestros orígenes, sobre la pertinacia de la vida, sobre la especiación como estrategia de sobrevivencia, sobre nuestro destino como especie. El punto es si seremos capaces de interpretarla.