martes, junio 24, 2008

Más microcuentos

Adrenalina
Esto no lo dejaría por nada del mundo, piensa, mientras el carro aúlla y va abriéndose paso entre el tráfico. El “Poroto” Rodríguez cuelga precariamente junto a dos compañeros en la parte trasera del vehículo, al lado de los rollos con mangueras. Los otros bomberos viajan en la cabina. Todos están eufóricos y tensos, como presos que observan la fuga de un compañero; las manos sudorosas y la vista extraviada, marítima. El olor a humo indica la cercanía del siniestro. Es una casa verde la que se quema. Él ya lo sabe pues es la tercera a la que prende fuego este mes.

Visión
Duerme acunado por la fogata. Sueña que este fértil valle se ha cubierto de piedra. Multitudes caminan apresuradamente sin mirar a sus hermanos, respirando un aire enrarecido y venenoso, como cuando despierta el Pillán en los volcanes. Viajan por túneles bajo la tierra, recorriendo el paisaje a velocidades vertiginosas.
Mañana despertará extenuado por la pesadilla y arreará el rebaño de guanacos, como sus ancestros lo han hecho por siglos cada verano. Verá por primera vez a los conquistadores, y este mal sueño será el presagio de una pesadilla que recién comienza.

Fantasmas

Era un sueño fastidioso que duró por meses. Avanzaba precariamente, sobre unos rieles, amenazado por vidrios rotos en el suelo. Ya estaba aclimatado a esa pesadilla, pero hace unas dos semanas desperté sintiendo agudas punzadas como si tuviera los pies heridos. Al revisarme constaté que no había nada, aunque el dolor persiste hasta hoy. El sueño no ha regresado. Ese sueño. Porque ahora tengo otro que se parece más a lo que pasó. Camino aturdido por el vino y escucho el silbido de la locomotora y en el último momento veo la luz encima mío. Sólo espero un día amanecer sin dolor en los pies. Porqué algo que no está ahí, no puede doler hermano, no puede.

Salto al vacío

Sabe que mañana estará en los titulares por saltar desde el veinteavo piso, pero ha estado toda la semana esperando este momento y parado en el techo, siente sus manos sudorosas, el pecho ardiendo, el estomago pesado. Las luces titilantes, cual público indolente, parecen llamarlo, y él, añora saltar y ya no ser más un hombre solitario y anónimo. De pronto, respira hondo y se lanza silencioso, algunas palomas vuelan y el malestar desaparece.
Como lo había supuesto uno de los diarios titula: Hombre aterrizó en parapente en pleno patio de La Moneda y fue detenido.

El violinista

Cada día me cuesta más actuar, no me malinterpreten; la música es mi vida. Lo que pasa es que antes tocaba relajado, disfrutaba —el mejor violinista que ha pasado por la facultad—, decían los profesores. Ahora tengo más oficio y madurez, pero creo que los años me robaron algo: la espontaneidad, la pasión, quien sabe. No sé hasta cuando seguiré en esto, por lo pronto interpreto a Johannes Brahms y la gente aplaude. Me bajo, cuento las monedas y a esperar la siguiente micro.


Shift F9

Es un resabio de cuando los software eran poco amigables doctor, dijo el pobre diablo, había sido programador, leí en su ficha, y en alguna parte del camino se chaló, lo usual. Antes, un procesador de texto como el Wordstar 3.11 o el Wordperfect 5.1, requería memorizar una combinación de teclas para la mayoría de las funciones básicas, agregó el paciente con signos evidentes de delirio. Cálmese, acoté yo, mientras escribía la receta y trataba de no perderlo de vista en caso de que fuera necesario pedir ayuda. Doctor usted no me cree, shift F3, por ejemplo transforma minúsculas en mayúsculas, control c, cierra la mayoría de los programas, lo que le digo yo es lo mismo, es como cuando llegas al final del Windows y aparece la cara de Bill Gates, pero al revés. Deje mostrarle doctor ¿que pierde usted? sáqueme por último una sola mano y acérqueme el teclado. Dudé por un momento, pero los enfermeros estaban apenas detrás de la puerta y el individuo me pareció inofensivo, mínimo, sopesé por un instante más lo que podría afectar a su patología. Le solté una mano del chaleco de fuerza y le espeté: ya hombre muéstrame, se feliz por un rato. Dificultosamente apretó shift con un dedo y con el otro F9 y el desgraciado desapareció para siempre, llevándose de paso lo poco de cordura que los siquiatras tenemos.

La píldora del día después

—Jefe: llamó de nuevo don Matías, estaba muy molesto, preguntó que cuando le iban a pagar la factura.
—Dile que el cheque está listo y sólo falta la firma.
—Ya le dijimos eso ayer.
—Dale otra aspirina a ver si lo aguantamos hasta mañana.

Destape

Rigoberto Martel, militante converso a la Concertación, tiene un puestito en la Contraloría y para el segundo aniversario es el encargado de destapar el curanto. Primero saca las champas, las hojas de pangue, los milcaos, chapaleles, carne ahumada, longanizas, cholgas, almejas, picorocos, piedras calientes, carbón, tierra, papeles, monedas, hojas de libros, huesos humanos, barro, puntas de flecha, dientes de mamut, trilobites.

viernes, junio 20, 2008

Sobre extraterrestres y religión


“Se puede creer en Dios y en extraterrestres”, la afirmación proviene del argentino José Gabriel Funes, que no es representante de la Iglesia Maradoniana, sino el director del Observatorio Astronómico del Vaticano. Funes el religioso, es un astrónomo y sacerdote Jesuita de cuarenta y cinco años, que entre varias declaraciones, a título personal supongo, asegura que ante la inmensidad del espacio formado por mil millones de galaxias cada una con mil millones de estrellas, la vida puede también florecer en otros planetas (como una muestra de la inmensidad de dios y su libertad creadora, por supuesto) y que esas criaturas serían nuestros hermanos, consultado si estos hermanos serían también favorecidos por la redención, Funes manifiesta que Jesús se encarnó una vez por todas, que es un evento único e irrepetible, patrimonio sólo de nosotros, aunque está seguro esos eventuales seres también gozarían (¿alguna otra encarnación mediante?), de la infinita misericordia de dios. Aunque Funes es cauteloso en sus afirmaciones, lo realmente novedoso, es que introduce la duda, la posibilidad de que no todo sea como el dogma católico ha pretendido imponer por siglos. Como buen astrónomo debe causarle al menos algo de rubor, que la misma iglesia sostenedora de su observatorio, fue la que condenó a Galileo (padre de la astronomía moderna) por afirmar que la tierra no era el centro del universo, y que recién en 1992 (casi 400 años después), reconoció tímidamente, que tenía razón. El fanatismo religioso es una enfermedad que llevamos en nuestros genes, y no es privativo de la religión católica, basta sólo mirar las ruindades del fundamentalismo islámico o un poco más atrás los sacrificios humanos de los Aztecas, entre muchos ejemplos. Se han matado más personas a nombre de dioses en la historia de la humanidad que por cuenta de cualquier demonio. Pero concentrándonos en la Iglesia Católica y en nuestro continente, específicamente en las jerarquías eclesiásticas, ellas han sido un paradigma del dogmatismo y la inflexibilidad lo que les ha valido no pocas discrepancias incluso dentro de sus filas.
Hasta muy poco circulaba por el balneario Pelluco (barrio de Puerto Montt donde vivo), Fray Domingo, cura encargado de la capilla, que tuvo la mala ocurrencia de contradecir a sus superiores, quienes intentaban bajarle el perfil a los ribetes homosexuales del asesinato del cura Picardo, conocido y querido sacerdote, rector de un liceo puertomontino. Él fue a declarar a favor de uno de los inculpados y habló con los medios, lo que le valió la pérdida de su ministerio sacerdotal y su capilla, además de ser excomulgado en un fugaz proceso. Fray Domingo, dijo que le habían usurpado su fuente laboral, que no sabía trabajar en nada más y se construyo una iglesia en Piedra Azul que rebosa de fieles cuando oficia misa. Ha declarado que las jerarquías eclesiásticas están lejos del pueblo, que el papa debería vender sus joyas para ayudar a los pobres, y que incluso está disponible para encabezar una rebelión armada, aunque no aclara muy bien contra quien ni por qué razones, además todo ello lo dice mientras come un milcao. El caso es algo freak (casi como un extraterrestre), sin duda, pero asombra que tanta gente crea en él y lo apoye en su lucha contra el establishment católico.
Cada vez es más evidente la discordancia de la Iglesia con sus feligreses, decisiones absurdas, fanáticas, retrogradas, como oponerse al divorcio o prohibir la píldora del día después, son las que contribuyen a ello. Por eso me quedo con los curas jesuitas que formaron misiones en la Amazonia salvando a los indígenas (lo que le valió a muchos correr la suerte del hacha), con los clérigos de la teología de la liberación, con los sacerdotes que denunciaron y sufrieron las iniquidades de las dictaduras en décadas pasadas, con el cura Poeta Ernesto Cardenal. Y con Fernando Lugo por supuesto, ex obispo, de quien se dice que fue conminado por sus superiores a elegir entre ser religioso y la política, y hoy da más esperanzas a su pueblo que toda la iglesia junta, por ser el presidente recién electo en Paraguay.
Latinoamerica es un continente católico, ancestralmente golpeado por flagelos que parecen sacados del apocalipsis, la gente quiere creer en dios y no sé si le interesa creer en extraterrestres, lo claro es que le agobian los problemas mundanos y está decidida en este nuevo siglo, de la mano de dirigentes progresistas, a intentar conquistar el futuro ¿Estará su iglesia preparada para ayudarlos?
Cierro esta nota recordando aquella famosa frase de Voltaire “La duda no es una condición placentera pero la certeza es absurda” y pienso que quizás los astrónomos del Vaticano, cuando miran hacia arriba por sus telescopios, a instancias del papa o más bien a escondidas de él, se preguntan: ¿padre por qué tanta injusticia en el mundo? Y sólo ven millones de estrellas.